Este cuadro es el resumen de plazas ofertadas en las OPEs de 2017 y
2018. Nada más.
Es decir: en primer lugar, Función Pública, tal como nos dijo
en su día, tiene la obligación (por la presión de CCOO, UGT y CSIF) de convocar
efectivamente esas plazas que saldrían, todas ellas, a concurso-oposición, por
el acuerdo que se firmó (también por USCAL) en diciembre de 2018. USCAL firmó
ese acuerdo, para sacar todas las plazas a concurso-oposición, porque, si no se
hubiera acordado así, las plazas señaladas como "libres" hubieran
sido convocadas a oposición pura y dura y solamente las de
"estabilización" habrían salido a concurso-oposición. Además, ese
acuerdo de 2018 estableció una "red de seguridad" (llamémoslo así)
por si venían mal dadas desde el TJUE.
Por otra parte, en segundo lugar, esas
plazas se incluirán en las demandas que los compañeros de AIDCyL y de AIISCyL
han presentado, por separado, contra la OPE de 2019 a través de Bocanegra.
Quiere decirse que hay dos recursos muy potentes contra la OPE de 2019 que afectan
también a las de 2017 y 2018. Esto es así, porque el recurso se dirige contra
el origen de todas ellas: el art. 19 de las Leyes de Presupuestos de 2017 y
2018.
En tercer lugar: si ocurre a) el TJUE, contra todo pronóstico, no
sigue la opinión de la abogada general Kokott en el sentido de que una OPE de
libre concurrencia no es sanción contra el abuso en la temporalidad o si ocurre b), a
pesar de lo que diga el TJUE, los tribunales nacionales o la Administración no
nos reconocen el abuso (para que no nos aplique la sentencia del TJUE), todos
los votos que no vayan a USCAL, irán a fortalecer la posición de aquellos que
quieren sacar todas esas plazas cuanto antes a oposición.
En definitiva: el
cuadro de marras solamente recuerda (no incrementa) la amenaza que cuelga sobre
nuestras cabezas. Entonces, insisto: votemos a USCAL. Démonos fuerza suficiente
como para suavizar el golpe que se nos anuncia. No demos más fuerza a los
enemigos de los interinos.
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